Ayer se celebró la esperada boda entre Teodora de Grecia y Matthew Kumar en la Catedral Metropolitana de Atenas. Este evento no solo marcó un momento especial para la pareja, sino que también rememoró la histórica ceremonia del rey Juan Carlos y la reina Sofía en 1962, mostrando elegancia y momentos emotivos entre los asistentes.

Teodora de Grecia deslumbra con segundo vestido en emotiva boda con Matthew Kumar en Atenas

Detalles de la ceremonia nupcial en Atenas

La ceremonia, que comenzó a las seis de la tarde y finalizó alrededor de las siete, vio a la novia, Teodora de Grecia, vestirse con un elegante y romántico vestido de novia. Durante el evento, su madre, Ana María de Grecia, tuvo un emotivo gesto al ajustar el escote del vestido de su hija para que luciera espectacular en las fotos. Este momento resaltó la gran relación entre madre e hija en un día tan significativo.

Celebración en el One&Only Aesthesis Hotel

Posteriormente, los invitados, incluido el nuevo matrimonio, se trasladaron al lujoso One&Only Aesthesis Hotel en Glyfada Beach para la recepción. En este evento, Teodora sorprendió a los presentes al cambiarse de vestido, luciendo un segundo diseño de la diseñadora griega Celia Kritharioti. Este vestido presentaba los hombros al aire, bordados con cristales de Swarovski y decoraciones de flores artesanales, ofreciendo una apariencia resplandeciente durante la celebración.

Momentos destacados de la recepción

Durante la recepción, Teodora y Matthew compartieron un divertido y emotivo momento al cortar su tarta nupcial, con la canción 'This Will Be (An Everlasting Love)' de Natalie Cole sonando de fondo. El ambiente estuvo cargado de alegría cuando Kumar, el novio, se unió a bailar espontáneamente, mostrando su lado más carismático y disfrutando de cada instante de su gran día, a pesar de la reciente pérdida de su padre, el rey Constantino.

Homenaje a un ser querido y recuerdos para los asistentes

Ana María de Grecia rindió un homenaje a su difunto esposo al llevar una elegante cruz de diamantes que llevaba incrustada en un collar de perlas blancas de gran tamaño. Este gesto fue una emotiva manera de recordar el legado familiar durante la celebración. Además, las flores blancas que adornaron la entrada de la catedral se convirtieron en un recuerdo tangible para muchos de los asistentes, quienes pudieron llevarse algunas de las rosas tras la ceremonia como un recuerdo especial de este día memorable.