Pedro Almodóvar fue recibido en San Sebastián con un emotivo "Cumpleaños feliz", tras su llegada al 72º Festival de cine. Durante una rueda de prensa, el director español compartió sus emociones y reflexionó sobre su trayectoria, recibiendo el Premio Donostia de la mano de Tilda Swinton, coprotagonista de su reciente obra.

Pedro Almodóvar recibe Premio Donostia y enfatiza la empatía en su emotivo discurso

Almodóvar reconoce un "tumulto de emociones" en su llegada

Almodóvar, quien llegó a San Sebastián el día de ayer, experimentó un "tumulto de emociones", que se vio intensificado por la entrega del Premio Donostia, un reconocimiento en el marco de la 72ª edición del festival. Este premio le fue otorgado por la actriz Tilda Swinton, con quien trabajó en su película "La habitación de al lado". En su alocución, el director enfatizó la importancia de la empatía en tiempos donde prevalecen los discursos de odio.

Pedro Almodóvar recibe Premio Donostia y enfatiza la empatía en su emotivo discurso

Una defensa apasionada de la empatía

Durante su discurso, Almodóvar destacó que el odio hoy en día se ha organizado de manera anónima e impune. Afirmó que su obra cinematográfica contrasta con estos discursos, deseando que su película conmueva al público tanto como a aquellos que participaron en su creación. A su lado, se encontraban figuras relevantes del cine como Juan Diego Botto, Victoria Luengo y Raúl Arévalo, en un auditorio que se encontraba repleto de admiradores.

Pedro Almodóvar recibe Premio Donostia y enfatiza la empatía en su emotivo discurso

Reflexiones sobre su carrera y su pasión por el cine

El cineasta recordó su infancia y el momento en que se trasladó de La Mancha a Madrid con el firme deseo de dedicarse al cine, una pasión que ha marcado su vida y que, según él, le ha salvado de muchos peligros. Subrayó que el cine le ha brindado mucho más de lo que nunca imaginó.

Pedro Almodóvar recibe Premio Donostia y enfatiza la empatía en su emotivo discurso

Un reconocimiento que refleja la vida y la libertad

Almodóvar interpretó el Premio Donostia como un hito en su carrera, aunque enfatizó su deseo de continuar creando. Para él, el cine es una bendición y una maldición, y su vocación sigue siendo más intensa que cualquier otra alternativa. Dedicó el premio a su hermano Agustín y a su equipo de trabajo, reflexionando sobre la complejidad de la vida y la importancia de la libertad.

Un mensaje de esperanza y un llamado a la acción

En un llamado provocador, Almodóvar instó a combatir las grandes tragedias y injusticias presentes en la sociedad, sugiriendo que estas deberían pertenecer solo a la ficción. Expresó su deseo de que la vida real se desarrolle de una manera justa y pacífica, finalizando su intervención con un sincero agradecimiento por el premio y la audiencia que lo escuchó.