La relación entre la madre de la princesa noruega Mette-Marit y los desafíos que ha enfrentado a lo largo de los años se ha convertido en un tema de interés público. Desde el inicio de la historia de amor entre Mette-Marit y el príncipe Haakon, su madre, Marit Tjessem, ha jugado un papel discreto pero significativo en sus vidas.

La madre de Mette Marit: amor, desafíos y apoyo incondicional a la princesa de Noruega

Marit Tjessem y su papel en la historia real

Marit Tjessem ha mantenido una posición constante junto a su hija, Mette-Marit, incluso en medio de la controversia. Desde el momento en que Mette-Marit comenzó su relación con el príncipe Haakon, enfrentó una oleada de críticas y escepticismo por parte de sectores importantes de la sociedad noruega. Tjessem, en ocasiones, se sintió abrumada por la atención mediática, describiendo esos momentos como "una completa locura".

El desafío de ser madre de una figura pública

A pesar de los sacrificios y obstáculos, Tjessem ha estado presente para apoyar a su hija. Mette-Marit, quien tuvo un pasado tumultuoso que incluyó una vida descontrolada durante su juventud, ha recurrido a su madre para obtener apoyo emocional. La familia, inicialmente escéptica sobre la relación con el príncipe, ha evolucionado y ha llegado a adaptarse a los cambios en su circunstancia.

El legado familiar y las dificultades personales

La historia familiar de Tjessem también ha sido complicada. Tras su divorcio, tuvo que enfrentar los retos de criar a Mette-Marit en un entorno lleno de presiones. Por otro lado, su matrimonio con Rolf Berntsen, que proporcionó estabilidad, no logró permanecer intacto debido a los problemas de salud de Berntsen, quien falleció en 2008. Este evento dejó a Tjessem manejando su dolencia y una disputa por la herencia.

La relación de Mette-Marit con su madre y el impacto en la vida real

Marit Tjessem, ahora con 87 años, sigue siendo una figura esencial en la vida de Mette-Marit, especialmente tras su diagnóstico de fibrosis pulmonar en 2018. Este estado de salud ha restringido el papel institucional de la princesa en numerosas ocasiones. A pesar de las dificultades, el vínculo entre madre e hija sigue fortaleciéndose, especialmente en momentos de crisis.