El pasado 21 de octubre, Irene Villa celebró su boda con el coach David Serrato en el Monasterio de Santa María de La Vid, en Soria. A pesar de las intensas lluvias que obligaron a modificar los preparativos, Irene vivió un día lleno de emociones y momentos memorables.

Irene Villa recuerda su boda entre momentos emotivos y benditas lluvias en Soria

Las emociones a flor de piel durante la ceremonia

Irene, una periodista y deportista de esquí adaptado, expresó que el día de su boda fue una experiencia maravillosa. Destacó la conexión especial que sentía con su pareja, David, cuya nombre significa 'el amado'. A lo largo de la ceremonia, podemos encontrar momentos conmovedores, como las lágrimas de David y el baile que reunió a sus padres, separados por más de 40 años. Sus tres hijos también jugaron un papel importante en la celebración, convirtiendo el evento en una auténtica fiesta familiar.

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Adaptaciones necesarias debido al clima

A pesar de los nervios y la preocupación inicial por la lluvia, que algunos consideraban como un signo de buena suerte, la ceremonia tuvo que realizarse en el interior del monasterio. Irene comentó que, sin la lluvia, la boda se habría llevado a cabo en un jardín, pero, según sus palabras, la situación terminó resultando en un escenario cinematográfico. También añadió que la boda, al ser civil, fue única, ya que los organizadores solicitaron cambios en el decorado e insistieron en que esta sería una ceremonia irrepetible.

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Un equipo comprometido en la organización

David, que se encargó de la mayor parte de la logística y organización del evento, quedó exhausto tras los preparativos. Irene destacó la asistencia incondicional de personas como Silvia Fernández y la wedding planner Gloria Duque, quienes facilitaron los detalles importantes del evento, como mantelería y flores, contribuyendo así a que la boda fuese bonita y bien cuidada en múltiples aspectos.

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Un vestido de ensueño y emociones familiares

Irene se sintió feliz y hermosa con su vestido de novia, describiéndolo como perfecto y expresando que la capa que llevaba le hacía sentir como una princesa. También compartió que la presencia de su padre, quien superó una grave pancreatitis, fue motivo de gran alegría para ella. La unión familiar se reflejó con la participación de sus hijos y sobrinos, quienes expresaron su amor de formas creativas durante la celebración.

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Música y momentos inolvidables en la pista de baile

La música tuvo un papel fundamental en la boda, con interpretaciones emotivas y canciones que resonaron en el corazón de todos los presentes. La relación de Irene y David se manifestó en el baile, donde compartieron una conexión especial con sus seres queridos mientras disfrutaban de momentos inolvidables. A pesar de algunos inconvenientes, como la lluvia, el día fue considerado por Irene como el mejor de su vida, solo superado por el nacimiento de sus hijos.

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