Dikembe Mutombo, una de las figuras más icónicas del baloncesto, falleció el 30 de septiembre a la edad de 58 años debido a un cáncer cerebral. Reconocido por su imponente estatura y habilidades defensivas, Mutombo dejó una huella indeleble en la NBA y en la comunidad, donde fue conocido por su labor humanitaria.

Dikembe Mutombo: leyenda de la NBA, padre de siete hijos y defensor del humanitarismo

La carrera de Dikembe Mutombo en la NBA y su legado como defensor

Mutombo, originario del Congo y nacionalizado estadounidense, fue un pilar en la NBA durante 18 temporadas, jugando en equipos como los Denver Nuggets, Atlanta Hawks, Philadelphia 76ers, New Jersey Nets, New York Knicks y Houston Rockets. Con una altura de 2,18 metros, se destacó como uno de los mejores defensores en la historia del baloncesto, logrando el premio al Mejor Jugador Defensivo de la NBA en cuatro ocasiones. Su habilidad para realizar tapones lo convirtió en un referente del deporte y dejó un legado que perdurará en la memoria de los aficionados.

Dikembe Mutombo: leyenda de la NBA, padre de siete hijos y defensor del humanitarismo

Dikembe Mutombo y su impacto más allá del baloncesto

Fuera de las canchas, Mutombo era conocido por su dedicación a causas benéficas y su compromiso con el bienestar de los demás. Adam Silver, comisionado de la NBA, recordó su labor al afirmar que Mutombo "entregó su corazón y alma a ayudar a los demás". El exjugador utilizó su plataforma para crear un impacto positivo en las comunidades, especialmente en su país natal, la República Democrática del Congo. Su calidez y personalidad carismática hicieron que conectara con generaciones de aficionados al baloncesto.

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Familia y recuerdos de un héroe

Mutombo se casó con Rosa Mutombo en los años 90, formando una familia que abarca no solo a sus tres hijos biológicos, sino también a cuatro hijos adoptivos. Ryan, uno de sus hijos, expresó su homenaje a su padre a través de las redes sociales, describiéndolo como "superhombre" y destacando su importancia en su vida. Ryan continúa la tradición familiar como jugador de baloncesto y actualmente juega de centro para Georgia Tech, siguiendo los pasos de su padre en la misma posición.