El 20 de noviembre de 2014, España se despidió de Cayetana Alba, XVIII duquesa de Alba, a los 88 años en su Palacio de Las Dueñas en Sevilla. Su vida estuvo marcada por pasiones intensas y un carácter libre, lo que la convirtió en una figura única en la historia contemporánea del país.

Diez años de la vida rebelde de Cayetana de Alba: pasión y legado en la nobleza española

Cayetana Alba y su legado nobiliario

La duquesa de Alba fue una figura emblemática que, según la leyenda, podría haber recorrido España sin dejar de pisar sus tierras. Con numerosos títulos nobiliarios, se decía que incluso la reina Isabel II de Inglaterra le debía reverencia. Su vida fue descrita por la periodista Oriana Fallaci como el epitome de la nobleza, señalando que su "sangre es más azul que todas las sangres azules de la tierra".

Una vida marcada por la pasión por Sevilla

Cayetana siempre expresó su amor por Sevilla, donde se sentía en casa. En su biografía "Yo, Cayetana", mencionó que su familia y Sevilla eran sus prioridades, una conexión que se hizo evidente cuando miles de sevillanos acudieron a su funeral. Su vida fue un reflejo de su fuerte apego a la ciudad que la vio nacer y crecer.

Las adversidades de su juventud

La duquesa enfrentó dificultades desde temprana edad, perdiendo a su madre a los ocho años y viviendo el exilio en París debido a la Guerra Civil Española. Posteriormente, se trasladó a Londres, donde experimentó los efectos de la II Guerra Mundial. Allí tuvo la oportunidad de conocer a la reina Isabel II y a personajes históricos como Winston Churchill, quienes marcaron su vida cosmopolita.

La presentación en sociedad y sus primeros amores

A los 17 años, Cayetana fue presentada en sociedad con una gran fiesta en el Palacio de Las Dueñas, donde recibió el ducado de Montoro. Su primer amor, el torero Pepe Luis Vázquez, no tuvo el visto bueno de su padre, pero eso no disminuyó su pasión por el mundo del toreo. Desde entonces, su vida amorosa estuvo llena de relaciones intensas que moldearon su trayectoria personal.

Una vida matrimonial tumultuosa

Después de una boda casi real con Luis Martínez de Irujo, con quien tuvo seis hijos, la duquesa enfrentó la tragedia de su muerte en 1972. Seis meses después, se volvió a casar con Jesús Aguirre, un exjesuita que generó controversia, especialmente entre sus hijos. A pesar de las tensiones, su relación fue feliz y apasionada.

Amor en la madurez y la libertad personal

En sus últimos años, Cayetana encontró otra vez el amor con Alfonso Díez. A pesar de la resistencia inicial de sus hijos, su matrimonio a los 85 años fue una declaración de su espíritu independiente. La duquesa de Alba vivió su vida bajo sus propias reglas, un legado de libertad y amor que perdura hasta hoy.