El creciente uso de dispositivos electrónicos ha originado nuevas condiciones en la piel, destacando el fenómeno conocido como "cuello tecnológico". Esta situación resulta de los gestos repetitivos asociados a la utilización de tablets y teléfonos, lo que provoca un envejecimiento prematuro en la piel del cuello y rostro inferior.

"Cuello tecnológico: arrugas y flacidez por el uso excesivo de dispositivos electrónicos"

El fenómeno del cuello tecnológico y sus causas

El término "cuello tecnológico" se refiere a las marcas de envejecimiento prematuro que aparecen en el área del cuello y en la parte inferior del rostro como consecuencia del uso excesivo de dispositivos electrónicos. Se produce principalmente al inclinar la cabeza hacia abajo para observar pantallas, lo que genera arrugas horizontales y contribuye a una pérdida de firmeza en la piel. Gema Cabañero, directora de una clínica anti-aging, señala que este comportamiento, que puede repetirse hasta 150 veces al día, no solo afecta la estética del cuello, sino que también impacta en la postura general y la salud de la columna vertebral.

Consecuencias para la piel del cuello

La piel del cuello es notablemente más delgada y sensible que la del resto del cuerpo. Cabañero indica que, habitualmente, esta área es descuidada en las rutinas de belleza, lo que provoca que esté menos hidratada y mantenida. Además, la combinación de la fragilidad de la piel del cuello y los movimientos repetidos al mirar las pantallas contribuyen a la aparición precoz de arrugas. Este daño no se limita solo a la formación de líneas visibles, sino que también se traduce en flacidez y falta de definición en el contorno del rostro, además de la posible afectación por la luz azul que emiten los dispositivos, que puede acelerar el envejecimiento cutáneo.

Recomendaciones para cuidar la piel del cuello

Es fundamental adoptar nuevos hábitos en el uso de dispositivos electrónicos para prevenir los efectos del cuello tecnológico. La especialista Gema Cabañero sugiere que revertir o mejorar los efectos es posible mediante una rutina de cuidado dedicada a la piel del cuello, similar a la que se sigue para el rostro. Esto puede incluir el uso de cremas específicas con ingredientes como retinol y péptidos, que favorecen la producción de colágeno y mejoran la elasticidad. Además, es importante aplicar protector solar en estas áreas para evitar el daño por radiación solar. Complementar estos cuidados con tratamientos profesionales, como radiofrecuencia o láser, también puede ser beneficioso. A su vez, Cabañero recomienda Ultherapy, un tratamiento efectivo que produce un efecto tensor progresivo sin necesidad de cirugía.